Surcando el Infinito - en búsqueda del orden invisible


"La armonía oculta o invisible es superior que la manifiesta" Heráclito de Éfeso


El Universo y la Naturaleza con su infinita variedad de formas encierran una capacidad de generación geométrica y unas posibilidades plásticas extraordinarias. Puntos, líneas y planos, idealización de formas ortogonales, así se dio forma a la geometría euclidiana, que representa la interpretación de un orden y medida a través de figuras basadas en cuerpos regulares. Esta es una idealización de un patrón oculto subyacente y esto es lo que nos muestra y plasma Jairo Robinson en sus obras; él nos abre un portal (entrada principal o pórtico de acceso) para avizorar ciertos aspectos formales generativos de la realidad, mediante una potente poética de lo perfecto, ordenado, impuesto y regular sobre el trasfondo de pura potencialidad de la abstracción. La forma en que los conceptos matemáticos y geométricos componen o conforman la realidad no nos es evidente. Podría entenderse que la estructura de la realidad depende de las formas geométricas, las que a su vez se definen por medio de los números, que son, por su lado, expresiones de energía. Esto ya lo subrayó Pitágoras en el Siglo VI a.C., al descubrir que todo se reduce a número pues estos son unidades y estas tienen magnitud y no hay por tanto necesariamente exclusión de la materia. Pitágoras hizo del número el principio universal por excelencia. Por motivos semejantes al fundar Platón La Academia hizo colocar en la entrada la inscripción, “Que nadie entre aquí si no sabe Geometría”. En relación a esto y al a relatividad de los sucesos y sobre todo de la percepción, en sus libros Carlos Castañeda refiere que Don Juan Matus le enseño que el mundo en que habitamos y vemos todos los días es un consenso fijo, o más bien fijado en un punto único o una posición única de percepción fija, que él llamaba punto de encaje o anclaje, el cual es el responsable de que veamos y experimentemos la realidad tal cómo lo hacemos, es allí donde se realiza la percepción. La energía que fluye en el universo se transforma en ese lugar en datos sensoriales y luego estos son interpretados para dar como resultado el mundo de la vida ordinaria; pero que al moverse o cambiar de posición ese punto, nudo o lugar de percepción, la realidad cambiada y devenía otra, fluida, dinámica y de formas, patrones y flujos energéticos. Si el punto de anclaje (zona de distribución de la conciencia) se mueve de su posición habitual, el mundo deja de ser lo que es para nosotros y nos enfrentamos ante un orden diferente, un mundo distinto. Esa base numérica/geométrica de la que hablábamos, se entiende además en el sentido de la proporción de los elementos constituyentes; siendo una de las claves el concepto de límite o imposición o hasta “Irrupción”, que es el término elegido o utilizado por Robinson, que es el que introduce orden o medida en lo indefinido o indeterminado.El cosmos se forma por tanto al imponer límite a lo ilimitado. Es como el Factor de Empaquetamiento o arreglo atómico de los minerales cristalizados, habiendo una relación entre forma, tono, longitud y tamaño. Creación y re-creación sin fin de nuevas formas y mundos. Grados de interiorización o complejidad interna de la materia. Siguiendo ciertos patrones y relaciones Robinson compone sus obras mediante el trazado de rectas convergentes perpendiculares de tal modo que al cruzarse ninguna de ellas resulta ser o estar inclinada en relación de otra, generando así la contundente figura del cuadrado. El cuadrado es asumido como la forma básica a partir de la cual se construyen una infinidad de otras formas en un plano. Es la forma más simple por su regularidad, simplicidad y ortogonalidad, es decir, el cuadrado está formado por lados verticales y horizontales, los que nos proporcionan un referente básico de ubicación espacial. A partir de él se pueden construir y deducir otras formas geométricas tanto simétricas como no simétricas, pudiendo ser sus características variables, gestuales o incluso extremadamente irregulares. Las primeras (simétricas) son las que utiliza o restringe y prioriza Robinson. El cuadrado es un polígono regular de cuatro lados, que forman ángulos rectos midiendo lo mismo entre sí. El cuadrado se multiplica sobre la superficie del plano o la tela, se amplía e intensifica, creando redes o patrones de planos superpuestos generadores de intensidad y movimiento y de distintas intensidades sobre la superficie. La sombra negra y su concentración es la gradación material o proceso de descenso o concretización material, la estructuración material, según órdenes o patrones matemáticos arquetípicos, modelos de luz, sombra y oscuridad. El punto tenue del horizonte crece, se concentra e intensifica y termina amenazando con abarcándolo todo. Es la geometría básica del universo, es la fábrica estructural del todo, la energía se expresa a si misma matemática y geométricamente, es como una red o plantilla para el universo, es una matemática y geometría dinámica, que muestra no solo las cantidades, sino las cualidades y relaciones de las cosas, de los números; es así que el espacio es cargado o dotado de cualidad, no da igual un punto que otro, un espacio que otro; esto nos acerca al espacio mítico. Ese patrón geométrico numérico demuestra la manera en que la energía fluye y se manifiesta. Lo que se nos transmite es que hay una energía básica y que su desarrollo son como campos de cuantificación de grados de complejidad y densidad estructural interna, hay una estructura estratificada. Y en el trasfondo, en el fondo lo irracional, indeterminado, la forma pura, pura posibilidad. Ese sustrato es una realidad generadora eterna, es la unidad por encima de los accidentes y divergencias. Es, como el arte, la vía o Irrupción de lo siempre posible y abierto, de creación y re-creación; el flujo y reflujo de nuestras mentes y existencias concibiendo, experimentando y re-creando el universo.


Roberto Ascóniga

Curador

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